Entrevista a Jesús Garzón
25 DE JULIO 2011
Jesús Garzón tiene una biografía tan conocida en Extremadura y en España que necesita poca presentación. En nuestra tierra fue un luchador pionero para el reconocimiento del Parque de Monfragüe, al que se fue a vivir con su familia huyendo del estudio académico de la Biología y convirtiéndose en un naturalista que lo mismo estudiaba al lobo o al lince, como observaba las buitreras del “Salto del Gitano”, o declaraba la guerra a las plantaciones de eucaliptos. Conocedor de la gente y de las tradiciones rurales, de la cultura y la arquitectura popular, intentaba recuperarlo todo, contagiando a mucha gente de sus inquietudes. Fue impulsor de la asociación ADENEX y desde entonces no ha parado de embarcarse en nuevos proyectos. Director de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura, intentó llevar adelante sus iniciativas hasta que el poder se asustó con él y le hizo la vida imposible, para después apuntarse el éxito del reconocimiento de Monfragüe como Parque Nacional.
Desde entonces inició otra gran aventura denominada PROYECTO 2001, desde el Fondo Patrimonio Natural Europeo, para la recuperación de las Cañadas y la Trashumancia, que causó un fuerte impacto nacional e internacional, y para el que ha ido creando nuevas asociaciones en defensa de los pastores y nómadas de distintos países, como la Asociación Concejo de la Mesta y la Asociación Trashumancia y Naturaleza, realizando desde ellas el Primer Encuentro Mundial de Pastores Nómadas que mantienen experiencias de trashumancia en distintas zonas de España y de otros países.
Tiene un montón de premios y reconocimientos de todo tipo que suele utilizar para financiar los nuevos proyectos en los que se va embarcando, sin que ello “se le suba a la cabeza” lo más mínimo. Por decir algo crítico de él, creo que cómo organizador de eventos deja mucho que desear, pero como visionario de la naturaleza y de la cultura rural es la figura más importante de éste País, y además, tiene una capacidad para convencer a personas e instituciones de la conveniencia de cada proyecto fuera de lo común, lo que ha permitido que muchos de estos proyectos puedan realizarse.
PREGUNTA: Jesús, tiende la vista atrás y háblanos de aquellos tiempos por los pueblos de Extremadura, luchando en defensa de la fauna y la flora.
Yo comencé a recorrer Extremadura de forma sistemática en 1966, para estudiar su fauna amenazada, principalmente linces, águilas imperiales, buitres, cigüeñas negras y avutardas. Entonces apenas había carreteras ni vehículos, algún coche de línea ocasional, pero aún no había comenzado la gran emigración y los pueblos bullían de gente y de niños, y también las fincas con sus poblados de chozos, habitados en invierno por cabreros y pastores trashumantes. Tras la Sierra de Gata, donde pasaba mis vacaciones en casa de mi familia paterna, la Sierra de San Pedro fue mi primer gran descubrimiento, con sus lobos, águilas imperiales y colonias de buitres negros. Felipe de Sande, de Zarza la Mayor, y en la ciudad de Cáceres Luis Mijares y el taxidermista Lorenzo Campón, junto con Juancho Viola, el gran especialista en avutardas, me ayudaron entonces decisivamente, sin olvidar a José Luis Miranda, de la Confederación Hidrográfica del Tajo. Todos ellos, con Manuel Fernández Cruz, de Trujillo, y José Luis Perez Chiscano, de Villanueva de la Serena, fueron puntales para el estudio y la conservación de la Naturaleza en Extremadura, y por tanto en España y en toda Europa.
PREGUNTA: ¿Cómo surgió la iniciativa de proteger Monfragüe, con ADENEX luchando contra las industrias de celulosa, las centrales nucleares y la burocracia de la Administración?
Comparado con la grandiosidad de La Vera, Las Villuercas, la Sierra de San Pedro o de mi propia Sierra de Gata, Monfragüe era un paraje minúsculo y poco espectacular. Sin embargo tenía un extraordinario interés, tanto por la concentración de nidos de águilas, buitres y cigüeñas negras, como por la facilidad con que se podían observar desde las carreteras sin molestar a las especies más amenazadas, lo que hacía de esta zona un paraje único en el mundo. Desde 1968 yo acudía aquí periódicamente para censar y anillar las aves, pero hasta 1974 no conocí los proyectos para arrasar las sierras y cultivar eucaliptus, con destino a una papelera prevista en Navalmoral de la Mata. A esto se añadía la construcción en Almaraz de la central nuclear, así que dejé entonces todos mis estudios para dedicarme totalmente a la creación allí de un espacio protegido. Aquel otoño de 1974 ya presenté al ICONA un detallado informe proponiendo su declaración como Estación Biológica, pero mis gestiones no prosperaron. En 1977 un premio literario me permitió arrendar varias fincas amenazadas, lo que resultó decisivo para dar a conocer internacionalmente la importancia de la comarca, paralizar los cultivos forestales y lograr la declaración de Monfragüe como Parque Natural, en abril de 1979. Fundamos ADENEX en 1978, con Paco Blanco y su equipo trabajando incansablemente desde Mérida, sobre todo para paralizar la destrucción de las dehesas del Campo Arañuelo, Ribera Fresnedosa y del Ambroz, y para la campaña antinuclear. Las páginas del periódico Hoy nos permitieron iniciar un amplio debate público sobre el desarrollo extremeño en general, donde también desempeñaron un importante papel los Congresos de Emigrantes, que organizaba cada verano la Universidad Laboral de Cáceres.
PREGUNTA: Saltamos al Proyecto 2001, ¿cómo convenciste a la Administración de Bruselas para sacarles el Proyecto LIFE, y qué recuerdos y balance haces de aquella primera experiencia de trashumancia, con Cesáreo Rey al frente de aquel rebaño de merinas inolvidable? Háblanos también de las dificultades que entraña un proyecto de este tipo.
Para lograr el Proyecto LIFE fue decisiva la colaboración de mi mujer, Isabel Bermejo, representante ecologista entonces en la Oficina Europea del Medio Ambiente de Bruselas, por lo que conocía a todos los funcionarios y las gestiones que era necesario realizar. La financiación que recibimos durante aquellos cuatro años, desde 1993 a 1996, permitieron desarrollar aquel proyecto aparentemente descabellado de recorrer de nuevo con grandes rebaños las vías pecuarias abandonadas desde hacía medio siglo, gracias al entusiasmo de Cesáreo Rey, que arriesgó sus mejores 2.600 ovejas merinas en la aventura. Durante aquella primera fase, con tu importante participación y la de Luis Llorens, recorrimos casi 5.000 kilómetros de cañadas, cordeles y veredas, atravesando cada otoño desde 1994 el centro de Madrid, logrando dar a conocer la importancia ecológica, cultural y social de la trashumancia y apoyar la nueva Ley de Vías Pecuarias, promulgada en marzo de 1995. Por tanto, el balance no pudo ser más positivo, con gran repercusión en muchos programas de prensa, radio y televisión, lo que animó a muchos otros ganaderos de toda España a recuperar la trashumancia caminando por las cañadas. Mi incapacidad organizativa para trabajar en equipo frustró sin duda muchas expectativas, pero dificultades que entonces parecían insalvables, como tener que velar los rebaños por las noches, la incomunicación en el campo, o los peligrosos cruces de vías férreas y carreteras nacionales, se han podido solucionar luego con los rediles eléctricos, los teléfonos móviles o las nuevas infraestructuras viarias, que disponen de pasos a distinto nivel sobre carreteras y líneas de ferrocarril.
PREGUNTA: Con la experiencia adquirida en todos estos años ¿crees que puede desarrollarse un cierto restablecimiento de la trashumancia sin el apoyo decidido de las Administraciones Públicas? ¿Cómo se resuelve la falta de ganaderos y pastores conocedores de esta práctica?
La recuperación generalizada de la trashumancia creo que es imprescindible para una gestión sostenible del territorio español con dos climas tan complementarios, en el sur con inviernos suaves y lluviosos pero con veranos muy secos y calurosos, mientras que en las montañas del norte, cubiertas de nieve o heladas en invierno y primavera, abundan el agua y los pastos durante el verano y el otoño. Estas diferencias entre la España seca y la España húmeda se verán agravadas aún más por el cambio climático, por lo que debe facilitarse al máximo a los ganaderos extensivos su adaptación a las condiciones ambientales, fomentando su movilidad por las vías pecuarias. Las Administraciones Públicas tienen una enorme responsabilidad en este sentido, que implica un aprovechamiento racional de más de la mitad del territorio nacional, en proceso ahora de inminente abandono. Sería también un ejemplo a nivel mundial, pues más de 300 millones de personas nómadas, que habitan las zonas más áridas del planeta, son depositarias de una extraordinaria biodiversidad que solo puede preservarse manteniendo sus culturas tradicionales, como reconoce el Apartado 8.j. del Convenio de la Diversidad Biológica. En nuestro país, con el desempleo afectando casi al 50% de la juventud, formar buenos pastores en las Escuelas Profesionales Agrarias debería ser una prioridad urgente, que podría generar inmediatamente miles de puestos de trabajo con mínimas inversiones, garantizando la producción de alimentos de alta calidad, carne, leche y sus derivados, lanas y cueros, con demanda creciente en el mercado internacional, reduciendo gastos enormes de agua, energía y piensos importados, y con muy beneficiosas repercusiones ambientales.
PREGUNTA: ¿Qué objetivos tenéis en estos momentos en las distintas asociaciones en las que estás, cuáles es vuestra estrategia y vuestras acciones próximas?
Nos encontramos en una situación de gran incertidumbre, pues lamentablemente se están cumpliendo una tras otra todas las previsiones más negativas, que ya eran evidentes hace más de 40 años si no se modificaba radicalmente el modelo consumista, derrochador de los recursos limitados de nuestro frágil planeta. La Unión Europea, con su alto nivel cultural y de bienestar social, podría haber sido un referente para lograr un desarrollo sostenible, pero en vez de ello los grandes intereses comerciales están aprovechando la crisis actual para especular con los alimentos y las materias primas, destruyendo las últimas regiones vírgenes, como las selvas de Sudamérica para producción de maíz y soja transgénica, las de África para el coltán o las del sudeste asiático con cultivos de palma aceitera para biocombustibles, generando terribles problemas sociales y ambientales. Por tanto nos estamos batiendo en retirada, intentando parar o retrasar proyectos negativos y seguir concienciando a la sociedad sobre actuaciones positivas a largo plazo. La revolución de los indignados del 15 M constituye sin duda una esperanza, al menos en España, pero será muy difícil modificar el actual modelo consumista y la incultura terrible que se ha fomentado durante las últimas décadas. La educación infantil sería fundamental para influir en los padres, pero habría que recuperar la vocación y la formación adecuada del profesorado, aunque tras el fracaso de Kioto creo que ya hemos rebasado todos los límites de no retorno. Contribuir a la recuperación del sector primario, agrícola, ganadero y pesquero, para garantizar la soberanía alimentaria mediante un aprovechamiento racional de los recursos naturales, fomentando el relevo generacional para evitar la pérdida de conocimientos tradicionales y de razas y variedades autóctonas es nuestra prioridad para esta próxima década.
PREGUNTA: ¿Qué le pedirías a la nueva Administración de Extremadura para que esta tierra juegue un papel fundamental en la ganadería extensiva y, en el restablecimientos de algunas acciones destinadas a la Trashumancia?
Lo más urgente es recuperar las principales vías pecuarias que vertebran el territorio regional. Durante estos años se ha realizado un importante esfuerzo en deslindes y señalización pero no se ha consolidado su dominio público ganadero, usurpado frecuentemente por particulares y cultivos, como los de las Vegas Altas del Guadiana, cuyos regadíos hacen imposible el tránsito de grandes rebaños por la cañada real Leonesa Occidental y sus principales ramales. En algunos casos, el deslinde del dominio público pecuario solo ha servido para que se utilicen estos terrenos para la construcción de carreteras, canalizaciones de aguas, gasoductos o ajardinamientos, dificultando aún más su uso ganadero.
Hay que recordar que la clave de la trashumancia moderna es la unión de varios ganaderos, tres o cuatro al menos, para colaborar durante los viajes y la estancia en las montañas. Esto implica manejar conjuntamente rebaños con más de 2.000 ovejas y más de 500 cabras o vacas, por lo que es imprescindible que se respete la anchura tradicional de 75 metros de las cañadas, con descansaderos, abrevaderos y refugios cada 5 Km. Otro problema es la descoordinación entre las diferentes Comunidades Autónomas para una gestión integral, de extremo a extremo, de todas las vías pecuarias de la Red Nacional, pero esta responsabilidad corresponde ya al Gobierno Central, a través del Consejo para el Medio Rural.
Complementariamente, la educación primaria y secundaria debe incluir la importancia de la ganadería extensiva para la historia, la cultura, la industria y el medio ambiente de nuestro país. Para muchas chicas y chicos jóvenes, actualmente sin expectativas laborales, la Formación Profesional Agraria debe facilitar urgentemente empleos cualificados, gratificantes y estables con amplio reconocimiento social en el sector ganadero, sus producciones derivadas, turismo rural y conservación del paisaje y de la biodiversidad. Los pagos por servicios ambientales, ahorro energético, lucha contra la erosión, control de incendios forestales, conservación de las dehesas y pastizales o fomento de los sumideros de carbono mediante el pastoreo trashumante, en invierno en Extremadura y en verano en las montañas y en los espigaderos del norte, serán fundamentales en este sentido.