Eurobarómetro 2010

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Continua aumentando el rechazo a los cultivos transgénicos en Europa

EurobarometroLos resultados del Eurobarómetro sobre biotecnología recientemente publicados[1] muestran que en Europa la oposición a los cultivos transgénicos continúa aumentando desde el año 2005. Así, el número de personas que se oponen es tres veces superior al de personas que se muestran favorables a esta tecnología, y en ningún país hay una mayoría favorable. Entre la gente que expresa alguna opinión al respecto, el porcentaje más alto de personas que se muestran favorables se da en el Reino Unido, con un 44%. En el Estado español este porcentaje es sólo del 35%, el sexto más alto de la Unión Europea (UE), y ha ido disminuyendo desde el año 1996, en que fue del 66%.

Estos datos continúan la tendencia que ya aparecía en el Eurobarómetro del año 2005, una de las conclusiones del cual fue que en la UE «la percepción generalizada de los alimentos modificados genéticamente es que no son útiles, son moralmente inaceptables, y constituyen un riesgo para la sociedad. Esta percepción continúa en el 2010, y la preocupación por la seguridad de los cultivos transgénicos es la principal razón esgrimida por los opositores, seguida de la ausencia de beneficios de estas variedades .

La oposición todavía es más grande en relación a la clonación animal para la producción de alimentos, tema que sólo tiene un apoyo del 18%, que únicamente en dos países alcanza el 30%.

Pero el Eurobarómetro no puede esconder su propio sesgo favorable a los transgénicos. La pregunta que plantea a los encuestados comienza definiendo este tipo de variedades, para después poner como ejemplos que «se pueden modificar los genes de una planta para hacerla resistente a una determinada enfermedad, para mejorar su calidad alimenticia, o para ayudarla a crecer más rápidamente». Resulta extraño que no se mencionen los transgénicos realmente existentes (productores de insecticidas o resistentes a herbicidas), y que, en cambio, ninguno de los casos mencionados exista comercialmente. Parece que tampoco se advirtió a les encuestados sobre las muchas incertidumbres y problemas que rodean a estas variedades. El texto publicado tampoco se retrae de mostrar este sesgo, al afirmar, por ejemplo, que la percepción social de que los transgénicos son inseguros y no aportan beneficios es «contraria a la opinión científica e industrial». Desde luego, no es de esta manera como conseguirán conquistar la confianza de los consumidores.


[1] http://ec.europa.eu/public_opinion/archives/ebs/ebs_341_winds_en.pdf

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