Entrevista a Joaquín Fernández

Publicado en Protagonistas
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17.03.2010
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1 -Después de tantos años de la iniciativa de la trashumancia, que algunos solo han visto como un gesto romántico, qué balances haces, qué se ha conseguido?

– Son ya 18 años apoyando a los ganaderos para que recuperen la trashumancia, así que más que un gesto debería considerarse ya una gesta, sin duda romántica por lo que tiene de sentimental y fantástica. Durante este tiempo se ha conseguido impulsar la Ley de Vías Pecuarias, que protege 400.000 hectáreas y 125.000 kilómetros de caminos públicos, muchos con más de cien metros de anchura, y que son fundamentales para conectar entre sí todos los ecosistemas de la Península. Hemos recorrido con casi 50.000 cabezas de ganado unos 20.000 kilómetros de cañadas prácticamente abandonadas desde hace más de medio siglo, demostrando que la trashumancia con grandes rebaños, de unas 3.000 ovejas o 600 vacas, es perfectamente viable tanto económica como socialmente. Ahora son cada vez son más los ganaderos que vuelven a trashumar, ahorrándose mucho dinero en piensos y transportes, evitando el sobrepastoreo de sus fincas al aprovechar durante seis meses los pastizales de las cañadas y de las montañas, contribuyendo a evitar su abandono, los incendios forestales, la perdida de biodiversidad y generando una producción sostenible de máxima calidad. 

2 -Llevas cuarenta años o más en la militancia ecológica, aunque sea a tu aire… También me gustaría que hicieras un poco de balance. ¿Qué sería lo más destacable, cómo valoras la evolución del ecologismo y del movimiento ecologista?.

– Lo más destacable sería la permanente atención que prestan muchos grupos y personas sensibles a cualquier proyecto o actuación que pueda afectar a su entorno. La facilidad actual de intercambiar información y denuncias por correo electrónico puede movilizar a mucha gente de forma casi inmediata y debiera contribuir también a una mejor gestión de las administraciones, aunque solo sea por respeto a unas leyes que han costado tanto tiempo y esfuerzo. Por otra parte, el movimiento ecologista tradicional ha avanzado mucho hacia la profesionalización, y tiene capacidad ahora de hacer estudios y alegaciones al más alto nivel. Esto puede suponer un gran salto cualitativo para la defensa ambiental, sobre todo si aumenta el respaldo de jueces y fiscales especializados.

3 -Desde el punto de vista personal, y con esa perspectiva de cuarenta años, qué destacarías, que momentos fueron especialmente emocionantes o inolvidables para ti?

– Han sido muchos momentos inolvidables, desde aquellos primeros decretos de protección de todas las rapaces diurnas y nocturnas que acabaron con las matanzas de águilas, buitres y búhos financiadas obligatoriamente por los ayuntamientos. Poco antes se había prohibido también la caza del lince, seguida luego por la del oso, del urogallo y de la avutarda y pudimos respirar más tranquilos. Muy importantes fueron las ampliaciones de los parques nacionales de Doñana, amenazado entonces por la carretera costera entre Cádiz y Huelva, de Ordesa, de los Picos de Europa, y la protección de Monfragüe, de Cabañeros, de Somiedo, de Oyambre…También fue decisiva la paralización de las plantaciones de eucaliptus en la mayor parte del país, así como de muchos proyectos de regadíos que afectaban a miles de hectáreas de magníficos encinares, de los proyectos de centrales nucleares en la costa cantábrica y en Valdecaballeros, o la impresionante movilización de los vecinos de Anchuras, evitando que su municipio fuese utilizado para prácticas de tiro por la aviación de combate… Mi vida está repleta de momentos emocionantes.

4 -Dicen que la causa ecológica ha generado muchas frustraciones y resentimientos… ¿También en tu caso?

– Yo sólo tengo recuerdos agradables. Incluso cuando perdimos algunas batallas, como la muy dolorosa del embalse de Riaño, queda el consuelo de haber luchado hasta el final y el recuerdo de la estrecha colaboración entre tantos compañeros y compañeras. Cuando veo fotos de entonces aún me admira el entusiasmo que había, con gentes de todas las edades y orígenes trabajando juntas, enfrentándose a retos imposibles sin apenas medios y compartiendo alegremente lo poco que teníamos.

5 -Los ecologistas son unos ilusos, decían algunos… ¿La historia les ha dado la razón?

– Creo que somos ante todo idealistas, pues luchamos por un mundo más justo, donde no se derrochen los recursos naturales y se proteja el medio ambiente para no dejar un mundo inhabitable a las generaciones futuras. Es lo mismo que aprobaron las Naciones Unidas en la cumbre de Río de Janeiro en 1992, pero desde entonces se ha perdido un tiempo precioso y la situación del planeta se ha degradado irreversiblemente. Los hechos nos han dado la razón, pero esto no sirve para nada mientras se siga tolerando que los negociantes y especuladores de los países industrializados sigan empujando a la Humanidad hacia el desastre.

6 -¿Qué reflexiones te sugiere esta crisis de la que nadie parece saber cómo salir?

– Pues que hay que echar el freno a esta sociedad del despilfarro y meter la marcha atrás, para lograr cuanto antes un decrecimiento que evite el derroche de recursos naturales y la contaminación ambiental. Hay muchas salidas y muchas oportunidades para lograr una sociedad más feliz y menos competitiva, sostenible a nivel mundial y sin injusticias escandalosas, pero la codicia de unos pocos y la pasividad de la mayoría están haciendo imposible el urgente cambio de rumbo que sería imprescindible.

7 -La ley de desarrollo sostenible impulsada por el gobierno ha tenido muchas críticas, algunas merecidas, por cómo se hizo, pero ¿no es preocupante que la mayoría de la gente se toma a broma eso de la sostenibilidad?

– Se está confundiendo deliberadamente desarrollo sostenible con crecimiento sostenible, pues suena parecido aunque es todo lo contrario. Superamos ya hace décadas la capacidad para seguir creciendo, pues los recursos del planeta son limitados y están cada vez más esquilmados. Ya está malviviendo, sin suficiente agua y alimentos, la mitad de la Humanidad, lo que está ocasionando enfrentamientos tribales con masacres de mujeres y niños y con millones de personas desplazadas. La ignorancia sobre estos temas es descomunal porque nuestra población está desinformada, no se educa a los niños y a los jóvenes, ni existen programas de radio o televisión donde puedan debatirse estas cuestiones, de tanta trascendencia para todos. Solo abundan los espacios sobre fútbol y cotilleo. Si realmente existiese voluntad para comenzar a sensibilizar a la gente podría comenzarse por medidas muy sencillas y baratas, pero llamativas y eficaces como reducir de una vez la iluminación de calles, autopistas y polígonos industriales a partir de la media noche, adelantar el horario de los informativos nocturnos de televisión, limitar el funcionamiento de las fuentes ornamentales y la iluminación de los monumentos a los días festivos, y tantas otras medidas semejantes.

8 -¿Es el avance de las energías renovables el capítulo más brillante en la historia del ecologismo moderno?

– La sensación que yo tengo es que nos están estafando una vez más. No se está promoviendo el ahorro y la independencia energética de los consumidores mediante el fomento en ciudades, pueblos y caseríos del aprovechamiento de la biomasa, la instalación de paneles fotovoltaicos y aerogeneradores en el entorno de los núcleos industriales y urbanos. Sin embargo, todo se está haciendo en función del negocio de las grandes empresas eléctricas, que durante medio siglo han estado paralizando el desarrollo de estas tecnologías alternativas. Ahora se están apropiando de las cumbres de las montañas y los oteros de los páramos, con total desprecio a nuestros paisajes, al entorno de los espacios protegidos y a las especies más amenazadas, como el urogallo, el quebrantahuesos, el alimoche, la cigüeña negra o el águila imperial. Actúan para ello en fraude de Ley, fraccionando los proyectos para eludir las evaluaciones de impacto ambiental, por lo que es muy urgente establecer una ordenación territorial y una normativa nacional que intente reconducir esta situación caótica.

9 -Esta es una revista que trata del medio rural. ¿Se lo acabará comiendo la ciudad? ¿por qué sigue marchándose la gente? ¿qué habría que hacer para evitarlo? Parecía, hace unos años, que había un movimiento de la ciudad al campo, pero se ha paralizado… ¿Es inevitable?

– El futuro de las grandes ciudades es muy incierto, pues está basado en la importación masiva de materias primas y en un gran consumo de agua y de energía, que no podrá mantenerse durante mucho tiempo. La mayoría de nuestras ciudades son ya como asilos de ancianos, con pocos jóvenes y sin casi niños, con unos sistemas productivos perfectamente prescindibles. Creo que los ciudadanos van a sufrir mucho durante las próximas décadas. El medio rural tiene actualmente problemas parecidos, porque las políticas del último siglo han trasladado al campo su modelo de desarrollo insostenible al pretender que un 3% de agricultores alimentase al resto de la población. Pero el campo español tiene una inmensa capacidad de generar riqueza y servicios imprescindibles para la sociedad, si se apoya decididamente a las familias rurales y a sus hijos para que realicen el trabajo que han hecho durante generaciones. Son ellos los que deben innovar, sin consentir que sigan experimentando con su territorio y con su futuro los funcionarios de turno, que llevan tantas décadas invirtiendo ingentes cantidades de dinero público en desertizar nuestro país.

10 -Por razones que no vienen al caso, he estado en contacto estas semanas con gente que promueven iniciativas empresariales desde el mundo rural. Qué difícil parece todo, qué alto índice de fracaso… ¿Cómo lo ves?

– Creo con todo respeto que los empresarios de origen urbano ignoran generalmente los fundamentos del desarrollo rural. Llegan al campo como extraterrestres, y aunque algunos hacen grandes negocios acaparando subvenciones y terrenos, su incidencia para los pueblos y aldeas suele ser negativa. No intentan aprovechar la experiencia y anhelos de la población local, que ni conocen ni les interesan, aplican unas ideas preconcebidas y dejan detrás un territorio mucho más degradado, en sus aspectos ambientales y sociales, que el que encontraron, aunque hay excepciones muy notables. Como dicen los paisanos, “el campo tiene que ser mamao”, y por eso es tan importante apoyar prioritariamente a las mujeres rurales y modificar la enseñanza primaria y secundaria, para que niños y jóvenes puedan sentirse orgullosos de ser campesinos y sean reconocidos sus conocimientos con una titulación adecuada.

11 -Monfragüe, por fin, parque nacional. ¿Final de una larga carrera cuyos primeros capítulos escribiste? ¿Satisfecho?

– Debe considerarse otro paso más, pues los parques son para siempre y vendrán tiempos mejores o peores, según la sensibilidad de cada momento. La siguiente fase debería ser ahora ampliar sus límites para que coincidan con los de la Reserva de la Biosfera circundante, pues el parque actual protege únicamente las zonas de reproducción de su extraordinaria población de aves de presa, pero no sus áreas de alimentación, que también son imprescindibles para su supervivencia.

12 -Ya sé que Monfragüe es uno de tus paraísos, pero qué otros espacios o territorios te producen una emoción especial?

– Yo soy más bien de sierra con aroma de jarales, pero las grandes llanuras de Extremadura y de Castilla, con sus amaneceres y atardeceres mágicos, sus avutardas y sisones, alcaravanes y mochuelos, tienen un encanto muy especial, sobre todo a principios de la primavera cuando blanquean los arroyos cuajados de ranúnculos. Pero los barrancos graníticos increíbles de Las Arribes del Duero, o los cañones del Ebro, o las dunas de Doñana devorando los pinares, o los ibones reflejando las cumbres nevadas del Pirineo, los hayedos en otoño, los almendros floreciendo a finales del invierno, … cada rincón de España tiene su momento de belleza impresionante. Pero si he de elegir me quedaría con los acantilados del Cantábrico, cambiantes a cada instante con las fases de la luna y las mareas, con el rumor del oleaje y la espuma del mar, con ese aire húmedo que nadie ha respirado todavía y las rocas destilando los jugos de las algas, de los mejillones y percebes, mientras protestan en el cielo el halcón y las gaviotas. 

13 -Hace unos años se reivindicaban más de treinta parques nacionales, ahora todo está un poco apagado. ¿Ha pasado su momento? ¿Hay que pensar en otras cosas, en otras fórmulas?

– Sin duda. Hay que contemplar la protección de la biodiversidad y del territorio en su conjunto, sobre todo en estos momentos de cambio climático sin precedentes. Por eso ando yo intentando recuperar la cañadas, porque vertebran todos los ecosistemas del país, desde Doñana a los Pirineos, y permitirán adaptarse a la flora y a la fauna, con ayuda del ganado y de los pastores. Hay que reconocer que los parques nacionales españoles han evidenciando durante los últimos años su total fracaso. Aún está por explicar como puede haberse extinguido recientemente una especie como la cabra pirenaica, el bucardo, en Ordesa, pero es que también el lince y el águila imperial se están extinguiendo en Doñana, los osos y urogallos en Picos de Europa, o el propio Monfragüe está siendo devorado por los ciervos y jabalíes debido a la prohibición de las monterías. Es imprescindible recuperar la gestión tradicional que originó durante siglos los excepcionales valores ambientales que luego motivaron su protección, integrando a urgentemente a la población local antes de que también ésta se extinga por completo.

14 -También parece que están a la baja los programas de recuperación de especies en peligro, etc. ¿Te preocupa algo especialmente en este aspecto?

– Es muy preocupante la actual descoordinación, con cada Comunidad Autónoma autorizando y financiando por su cuenta proyectos estrella, sin duda bienintencionados pero que se están realizando sin las mínimas garantías exigibles y sin la transparencia necesaria. Ya que parece casi imposible reconducir la situación a nivel nacional, por la irresponsabilidad con que se distribuyeron las “competencias exclusivas” entre las autonomías, habrá que intentarlo a través de los organismos internacionales.

15 -Recuérdame los premios que has recibido más importante, entre ellos el de Fondena.

– El premio más oportuno fue sin duda el de la Feria de Muestras de Valladolid, que me entregó Félix Rodríguez de la Fuente en septiembre de 1977, pues aquellas cien mil pesetas me permitieron encabezar la colecta para arrendar las fincas de Monfragüe, facilitando la posterior creación del parque. Los más internacionales han sido los de la UICN, Slow Food o la Orden de Caballero del Arca de Oro, del gobierno holandés. Los de Castilla y León, de Cantabria, de Fungesma, de Fondena, han sido también muy importantes por lo que suponen el reconocimiento de buenos amigos con los que compartí tantos proyectos, y porque estaban muy bien dotados económicamente, lo que me ha permitido ir saldando algunas de mis inmensas deudas.

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